Redacciones digitales: reducidos espacios para el medio más amplio

abril 21, 2010

Un recorrido que realicé recientemente por la provincia de Sancti Spíritus me permitió conocer las sedes de los principales medios de comunicación de la provincia (Periódico Escambray, Radio Sancti Spíritus y Centro Visión Yayabo), así como dos sedes de emisoras municipales (Radio Trinidad y La Voz de Yaguajay).

En todos pude observar la seriedad y el amor con que se trabaja, pero no pude evitar la decepción al ver los reducidos espacios que le dedican en casi todos estos lugares a las redacciones digitales, así como la cantidad de personas que en ellas laboran.

Digo casi todos porque la excepción la hace el Periódico Escambray, quien provisionalmente tiene su espacio virtual en las mismas dimensiones de los otros medios pero ya casi culmina las labores de un nuevo local mucho más amplio para este departamento de trabajo.

Este fenómeno no es más que la concepción que todavía se tiene en los medios tradicionales, del sitio digital como un anexo de la entidad, cuando en realidad es la redacción virtual la que debería llevar la voz cantante por sus características innatas.

Quizá no estén de acuerdo conmigo, e incluso algunos se preguntarán qué tan importante puede ser este apartado en un país como Cuba, donde las limitaciones tecnológicas y el bloqueo que mantiene Estados Unidos desde hace 50 años la ubica como uno de los estados con más baja conectividad del mundo.

Sin embargo, sustento mi criterio sobre la base de que afortunadamente la mayoría de los medios cubanos están bajo dominios con extensión .cu, característica que permite a los cubanos acceder a ellos desde la intranet nacional, instalada en casi todos los centros laborales del país, entre otros lugares.

De ahí que si las redacciones digitales fueran más amplias, no sólo en espacio sino en personal que labora en ellas, quizá la producción de contenidos auténticos sería aún mayor.

Lo que ocurre en estos momentos –y aclaro que no es un fenómeno exclusivo de Cuba-, no es más que la marginalización del periodismo digital, ese que muchos desdeñan y que es piedra angular hoy día para la subsistencia de los medios de comunicación.

Si bien la explosión del fenómeno Web 2.0 ha puesto en boca de algunos frases que auguran el fin del periodismo institucional ante el llamado periodismo ciudadano, no es menos cierto que son los medios de comunicación las fuentes más “confiables” de que disponen los usuarios-lectores para confirmar informaciones.

Lo demuestra la superior cantidad de visitas que tienen los medios con respecto a los blogs, por muy exitoso que este sea. Y lo muestra la cantidad de lectores promedio que tienen los sitios digitales cada día.

Entonces, ¿por qué poner en un segundo plano lo que debería estar al frente?

Una de las posibles razones que se me ocurren tiene que ver con el sistema salarial de pago al periodista, pues este en muchos casos se mantiene devengando la misma cantidad de dinero de siempre, y la redacción digital no fue más que otro departamento aparecido en su medio que no cambió su hacer cotidiano desde el punto de vista económico.

Otro punto en contra para el periodismo digital sería la desprofesionalización del sector en esta materia, ya que muchos de los grandes periodistas que hoy tienen sobrada experiencia en el campo de la comunicación forman parte de la generación de inmigrantes digitales y no ven la web como lo que realmente es, un nuevo medio donde confluyen todos los lenguajes periodísticos al mismo tiempo.

Mas, a favor del periodismo digital aparecen una serie de cuestiones como la inmediatez, la hipertextualidad, la capacidad del usuario de interactuar casi en tiempo real con lo que lee y la multimedialidad. Si a eso sumamos que a todo lo largo del planeta proliferan los softwares destinados al uso de Internet desde la telefonía celular, no sería descabellado afirmar que quienes no consideren su redacción digital como prioritaria pierden miles de lectores potenciales. Quizá ya es hora de ampliar estos departamentos. Espero por sus comentarios.

¿Adiós al periodismo?

marzo 18, 2010

La pregunta que inicia este comentario es una duda que me motivó un artículo publicado hoy por la cadena CNN. Dicho escrito me puso a pensar sobre el papel del periodismo en estos tiempos de «información».

La era de la información, iniciada con la expansión de la World Wide Web en la década de 1990, ha traído no pocos dolores de cabeza a los medios tradicionales. Si bien la radio y la televisión fueron en su momento todo un suceso en el ámbito periodístico y amenazaron con desaparecer a los diarios de papel, la web unió todos estos medios en uno solo, y es ella quien los pone en «peligro de extinción» por estos días.

Claro, para que esto suceda sería necesario romper muchas brechas, y en el caso de Internet la primera condición que se cierne a «favor» de los medios tradicionales es que no todas las personas del mundo están conectadas. Según datos de Internet World Stats, solo una sexta parte de la población mundial accede a la red de redes en estos momentos, con el «primer mundo» a la cabeza.

Quizá la cuestión no estribe en el peligro que presupone la web para los medios tradicionales, sino las maneras de hacer de estos ante un soporte que cambia casi diariamente sus formas de transmitir la información.

Recordemos como al inicio de Internet los medios periodísticos no eran más que la fiel reproducción de sus versiones en papel, y la radio y la televisión apenas incursionaban bajo las tres W.

Luego, con el desarrollo de lenguajes de programación más flexibles, como el HTML, los sitios web cambiaron sus maneras de hacer, incorporando más imágenes, así como audio y video.

Más adelante la red de redes evolucionó y llegamos en el año 2004 a las redes sociales, los blogs, las wikis y las folcsonomías, es decir, a la llamada Web 2.0.

Sí no hay dudas de que estos nuevos medios de comunicación presuponen para el quehacer periodístico un gran reto, en tanto permiten un rápido intercambio de información entre los usuarios sin usar a sus antiguas fuentes de información primarias: los periodistas.

Estos procedimientos ya han quedado probados, más aún con los lamentables acontecimientos de este 2010, donde dos fuertes terremotos devastaron Haití y Chile, y fueron las redes sociales una de las mejores vías para obtener información sobre la situación de esas naciones.

Pero, ¿desaparecerán por esto los periodistas? ¿Será que ya no somos tan necesarios en nuestro papel social como proveedores de información?

No lo creo.

El periodista, además de ser un «informante», analiza, comenta y propone soluciones. ¿Qué esto lo puede hacer cualquiera? Seguramente, pero la objetividad con la que deben trabajar los profesionales de la prensa —cosa que no sucede en muchas ocasiones—, es una de las premisas que garantizará que el mejor oficio del mundo perviva. Si nos alejáramos de este concepto, entonces si acabaríamos con nosotros mismos. ¿Usted no cree? Espero por su comentarios.